“Además de todo esto, presento un magnífico caso de audición coloreada. Quizás «audición» no sea del todo exacto, ya que la sensación de color parece ser producida por el acto de formar oralmente una letra determinada mientras imagino su perfil. La a larga del alfabeto inglés (y más adelante seguiré refiriéndome a este alfabeto, a no ser que diga expresamente que no es así) tiene para mí el color de la madera a la intemperie, mientras que la a francesa evoca una lustrosa superficie de ébano. Este grupo negro también incluye la g sonora (caucho volcanizado) y la r (un trapo hollinoso en el momento de ser rasgado). De los blancos se encargan el color gachas de avena de la n, el flexible tallarían de la l, y el espejito manual con montura de marfil de la o. Me desconcierta mi on francés, que veo como la desbordante tensión superficial del achohol en un vaso pequeño. Pasando al grupo azul, aparece la acerada x, el nubarron z, y la huckleberry k. Como entre sonido y forma existe una sutil interacción, veo la q más parda que la k, mientras que la s no tiene el azul claro de la c, sino una curiosa mezcla de azul celeste y nácar. Los tonos adyacentes no se mezclan, y los diptongos no tienen colores propios, a no ser que estén representados por un único carácter en algún otro idioma (así la letra gris-vellosa, tricorne, que representa en ruso el sonido sh, una letra tan antigua como los juncos del nilo, influye en su representación inglesa).
Me apresuro a completar mi lista antes de que me interrumpan. En el grupo verde están la f, hoja de aliso; la p, manzana sin madurar; y la t, color pistacho. Para la w no tengo mejor fórmula que el verde apagado, parcialmente combinado con el violeta. Los amarillos abarcan diversas es e íes, la cremosa d, la oro brillante y y la u, cuyo valor alfabético sólo puedo expresar diciendo que es «latón con brillo oliváceo». En el grupo de los pardos están el intenso tono de caucho de la g sorda, la j, algo más páida, y la h, gris cordon de zapatos. Finalmente, entre los rojos, la b tienen el tono que los pintores llaman siena tostada, la m es un pliegue de franela rosa, y hoy en día he podido encajar perfectamente la v con el rosa cuarzo del dictionary of colour de Marez y Paul. La palabra que significa arco iris, un arcoiris primario y decididamente fangoso, en mi idioma particular es casi impronunciable kzspygv. Sengún tengo entendido, el primer autor que estudió a la audition coloreé fue un médico albino de Erlangen, en 1812.
Las confesiones de un sinesteta deben de sonar tediosas y ostentosas para quienes están protegidos de tales filtraciones y corrientes de aire por murallas más sólidas que las mías. Para mi madre, sin embargo, todo esto era completamente normal. Esta cuestión se planteó, un día de mi séptimo año, mientras utilizaba distraídamente un montón de los viejos cubos del alfabeto para construir una torre. Sin darle importancia, le comenté a mi mamá que ningún cubo tenía el color que le correspondía. Entonces descubrimos que algunas de las letras de ella tenían el mismo color que las mías, y que, además, ella también se sentía afectada óptimamente por las notas musicales.”