Artículo publicado en Sangari


Para qué

Muchas veces nos preguntan por qué nos parece tan importante que se enseñe ciencia en la escuela. Siempre respondemos con convicción que no necesariamente lo hacemos para que los chicos sean  futuros científicos, sino porque ésto es fundamental para que sean personas (y en particular ciudadanos) con pensamiento crítico y autónomo.

Pero, ¿qué significa exactamente esto?
¿Es para que sean ciudadanos que en el futuro puedan tener injerencia en temas de política científica y política ambiental? Dicho de otra manera, ¿es para tener ciudadanos que tengan conocimiento en temas científicos y que puedan participar activamente en debates tales como si es ético permitir la clonación o si hay que usar energía atómica como energía alternativa?
No señores, no enseñamos ciencia únicamente para esto. Esto es un agregado, pero al lado de lo que voy a decir a continuación es tan solo un detalle (que ni siquiera sé con certeza si ocurrirá).

Entonces, ¿qué significa que enseñamos cienica para formar ciudadanos con pensamiento crítico?
Significa que queremos que sean personas que aprendan a pensar en base a evidencias, que puedan tener distintas hipótesis frente a un fenómeno y que puedan pensar en cómo darse cuenta cuál de estas hipótesis es más posible. Queremos que puedan relacionar variables en base a un análisis de correlatos reales, y no en base a arbitrareidades o supersticiones. Queremos que pudan distintguir lo que es una conjetura de lo que es una observación. Queremos que puedan pensar modelos alternativos para explicar una situación y poder ponerlos a prueba. En definitiva, queremos que apliquen el pensamiento científico a cualquier situación cotidiana y ciudadana. Que puedan pensar hipotético deductivamente e inductivamente frente a una charla de café, frente a un debate público o frente a una situación hogareña. Es por esto que ponemos énfasis en la enseñanza de las habilidades de pensamiento científico, y es también por esto que queremos que puedan utilizar esta manera de pensar en distintos contextos. Esto es lo que consideramos fundamental.
Por supuesto que a la hora de enseñar, enseñamos esas habilidades de pensamiento asociadas a conceptos científicos específicos. En definitiva los alumnos están siendo educados en temas específicos y también en una modalidad de pensamiento. Si pueden utilizar lo primero y aplicar ese conocimiento conceptual en debates públicos, genial. Es algo importante, pero en mi opinión no es “lo” importante y fundamental de la formación científica. “Lo” importante es la manera de analizar y pensar el mundo que nos rodea. 
Aparte de pensar que estos saberes conceptuales no son el núcleo único de la formación en ciencias, hay algunos inconvenientes en poner el foco en este aspecto. Por un lado es muy posible que los chicos se olviden de los conceptos específicos. Y aún pensando en que no se olvidarán es alto probable que esos conceptos queden obsoletos para cuando estos chicos sean ciudadanos adultos con injerencia en estas decisiones políticas. Lo que se acuerden de la clonación quizá ya no sirva para opinar algo específico. Mientras que la manera de pensar es más posible que sí les quede (aunque en otra nota podemos debatir esto). Es muy posible que aunque no recuerden cómo era el proceso de clonación (o lo que recuerden sea obsoleto en el momento de su adultez) sí recuerden la manera de pensar y de indagar para sacar conclusiones válidas. Sí puedan leer las evidencias a favor y en contra de la clonación, sí puedan tener distintas explicaciones alternativas para un fenómeno observado, sí puedan argumentar, sí puedan buscar contraejemplos, sí puedan hacer preguntas adecuadas en ese debate. Sí puedan llegar a conclusiones críticas gracias a estas preguntas y evidencias obtenidas. Sí puedan conocer qué pasos dar para comprender un tema, aunque no recuerden nada del tema en sí.